Vino con soda, ¿La salvación del consumo?

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Hace unos días escribí una nota sobre los vinos para pensarlos o para tomarlos, sin dudas cada día el consumo de vino baja, y es por varias razones,  cada cual mencionará su estrategia para continuar en el negocio, pero es solo eso, pensar en el negocio, se elaboran vinos nuevos con llamativas etiquetas, con nombres poco frecuentes, buscando captar jóvenes, que por más que les enseñes y les expliques sobre vino, ellos buscan cantidad y no calidad, y todo a un precio más accesible que una botella de vino, y con memos prejuicios al beberlo, también el ritual del vino en pocas mesas se llevo a cabo, como la costumbre de beber un vino, en vaso o copa, no importa, el hecho de que se consuman vinos, es una falta de costumbre de la generación anterior, y nunca falta ese que menciona un consumo per cápita de 77 litros por año en 1974 a los 24 litros actuales o mucho menos, obvio, pero también el vino de esos años no era el mismo que hoy bebemos, lo cierto es que no hay una costumbre que estimule el consumo de vino.

Es raro que con la cantidad de información sobre vino que circula en redes sociales, y lo que se habla de vinos que los jóvenes no estén interesados en saber de qué se trata el mundo vínico. Y para lo que bebemos vinos nos parece raro que los que no toman no sientan curiosidad,  ¿No es inquiétate saber porque los vinos tintos tiene aromas a frutas rojas o el perfume de los blancos y o el pan tostados del los espumantes elaborados con método tradicional?

Hoy se dividen en los puristas que hablan de sofisticación para tomar vinos y los millennials  que comenzaron a tomar con soda, que vienen buscando esta bebida refrescante y popular, de los tiempos de nuestros abuelos y padres, un vinito con soda, quien no lo probo de chico, y en días calurosos ¿quién no lo toma?

Es obvio que el vino para tomar con soda no es el mismo del que hablamos de aromas, sabores y premios, porque es otra clase de vino. Más allá del cambio de cantidad por calidad, está el tema del precio, que limita la compra diaria, ya que tomar vinos por debajo de los $100 es un sacrilegio vínico, solo se toma vinos premiados y arriba de los $300, ya que la constante difusión en redes sociales, con un parafraseo y la asociación de una cultura elegante, que bebe vinos ocasionalmente, haciendo pensar a solo se bebe vino cuando sabes de aromas, y esto es lo que deja espacios vacios. El consumidor de vinos no compra los premiados y los más caros, compra los que puede, no investiga demasiado sobre  vinos, bebe porque tiene el habito, ese maridaje imposible de romper, pastas con vino, asado y no se discute, se come con vino y la verdad es que no todos los días tomamos vinos de alta gama, y si es así es porque nos dieron, o regalaron una botella, o estamos en una degustación.

No se puede hablar de baja de consumo, si no generamos consumo; la cerveza se asocia con la amistad, con el calor y refrescarse; hoy surge un lugar en el que el viejo y conocido sodeado tiene su espacio, cada cual tomo el vino como le gusta, y si no les gusta, sean más creativos para generar consumo.

Salud y buen vino!
Javier Giacomelli