
El Malbec que Cambió Todo
En el mundo del vino argentino, hay figuras que no solo hacen vino, ¡hacen historia! Y si hablamos de hitos, el nombre de Ricardo Santos brilla con luz propia. Para muchos, fue «El Padre del Malbec», el que se animó a llevar nuestra cepa bandera a conquistar paladares por el mundo. Su historia es una de esas que inspiran, la de un pionero que vio el potencial de nuestro Malbec cuando nadie más lo hacía.
La Aventura de 1974: El Malbec Cruza Fronteras
Ricardo Santos pasó años en Bodega Norton, codo a codo con su familia. Pero el verdadero «boom» llegó en 1974. El «Norton-Mendoza Malbec 1971» fue el valiente que se subió al barco y llegó a Estados Unidos.
Justo en ese momento, la gente en EE.UU. estaba buscando cosas nuevas, vinos diferentes, y nuestro Malbec argentino encajó perfecto. Ricardo siempre tuvo un ojo especial para el Malbec en Norton, y esa decisión temprana, ese instinto, fue clave. Apostó por el caballo ganador y, ¡vaya si ganó!
Su Propio Sueño: Un Malbec con Sello Personal
Después de su etapa en Norton, en 1992, Ricardo se lanzó con su propio proyecto, comprando una finca en Russell, Maipú, una zona con historia. Y ahí, con sus hijos Patricio (el enólogo) y Pedro (el CEO), empezó a gestar una nueva era para el Malbec. Recientemente, Belén Santos también se ha sumado al equipo enológico, aportando una nueva visión y consolidando la impronta familiar en cada botella.
El Malbec con su sello personal debutó en 1995. Y al igual que su «antecesor», este vino no tardó en escalar posiciones. En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba en las mesas de los mejores restaurantes y las estanterías de las bodegas más importantes de Argentina y del mundo. Un verdadero testimonio de que la calidad y la visión siempre pagan.
El Legado Familiar: Más que un Malbec
Pero la historia de Ricardo no se limitó a un solo Malbec. A su «El Malbec» le siguió «El Gran Malbec», un vino con más capas, más complejidad, y con un paso prolongado por barricas. La familia siguió explorando y sacó los «Selecciones»: «El Semillón», «El Cabernet Sauvignon» y «El Bonarda», mostrando la riqueza de su terruño y la versatilidad de la bodega.
Desde 2005, también se animaron con «Tercos», una línea de vinos más jóvenes y frutados, con cinco variedades: Malbec, Cabernet Sauvignon, Sangiovese, Bonarda y Torrontés. Patricio, como enólogo, le pone su toque personal, buscando vinos frescos y vibrantes que capturen el alma de cada viñedo.

La historia de Ricardo Santos es la historia viva del Malbec argentino en el mundo. Su audacia, su visión y ese amor profundo por nuestra cepa nos dejaron un legado enorme. Gracias a él y a otros pioneros, el vino argentino es hoy una bandera que nos representa con orgullo en cada rincón del planeta. Así que la próxima vez que descorches un buen Malbec, ¡acordate de Ricardo Santos! Un brindis por este visionario y por el legado que sigue vivo en cada botella de un vino argentino.