INTA: Una Transformación Forzada

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El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), una institución clave para el desarrollo agropecuario y la investigación científica en Argentina, se encuentra en el centro de una profunda transformación impulsada por el gobierno. Esta «modernización» ha generado un intenso debate, con voces que denuncian un «desmantelamiento» y otras que buscan clarificar el rumbo de la entidad. Un reciente comunicado interno del 8 de julio de 2025, sumado a análisis previos, permite trazar un panorama más completo de los cambios en curso.

La Alerta del «INTA que no Queremos»

Desde antes del reciente comunicado, circulaban preocupaciones sobre el impacto del decreto presidencial que redefine el INTA. La crítica principal apuntaba a que, si bien no se eliminaba formalmente, se lo modificaba en su esencia, proponiendo una «transformación forzada, autoritaria y extremadamente injusta».

Los puntos de alarma se centraban en:

  • Pérdida de Autonomía: Se denunciaba la eliminación de su autonomía, la reducción del poder de sus representantes territoriales y la concentración del poder en un presidente con rango de secretario, bajo el mando directo del gobierno de turno. Esto generaría un INTA «dependiente, discrecional, verticalista y con alto riesgo de transformarse en autocrático».
  • Centralización y Desatención Regional: La preocupación era que el INTA se centralizaría en Buenos Aires, con un foco preeminente en la pampa húmeda, dejando fuera del radar a las economías regionales, los productores familiares y los saberes locales por «falta de rédito». La eliminación de agencias de extensión rural y la posible desaparición de Centros Regionales agravarían esta pérdida de representación y capacidad de desarrollo en el interior del país.
  • Justificaciones Cuestionadas y Falta de Diálogo: Se señalaba que el gobierno justificaba la intervención con «datos erróneos o tergiversados» sobre la estructura del INTA (cargos jerárquicos, crecimiento de planta, hectáreas improductivas, vehículos). Además, se criticaba la ausencia de diálogo constructivo, calificando el proceso como un «monólogo autoritario y prepotente».

Esta perspectiva previa concluía que el INTA estaba siendo «desmantelado con una mezcla de soberbia, ignorancia y oportunismo», y que «modernizar no puede ser sinónimo de arrasar, y gobernar no puede ser sinónimo de imponer».

Las Clarificaciones del 8 de Julio: Un Intento de Calma en Medio de la Tormenta

Un resumen de la reunión virtual con Nicolás Bronzovich (presidente del INTA), Pilu Giraudo (consejera técnica del nuevo INTA) y presidentes de Centros Regionales del 8 de julio de 2025, arroja algunas luces (y sombras) sobre el panorama actual:

  • Territorialidad y Centros Regionales: Se afirmó que «la territorialidad del INTA está intacta». El presidente del INTA destacó que, «por ahora», los Centros Regionales van a continuar, reconociendo que sin el territorio sería imposible manejar una estructura tan grande. Se aceptó escuchar propuestas de adecuación según regiones productivas.
  • Funciones y Nueva Estructura: Las funciones específicas de los centros y su reglamentación aún no están definidas, y se comprometieron a plasmarlas en un documento. Se confirmó que la figura de Director Nacional del INTA ya no existe, y que la nueva estructura deberá ser propuesta para aprobación al Ministerio de Economía.
  • Agencias de Extensión: Se mantiene la línea de cerrar las 41 agencias ya mencionadas en febrero, incluyendo la EEA AMBA. Sin embargo, el Presidente dejó «la puerta abierta», aclarando que «no es necesario un edificio para tener más presencia en el territorio» y defendiendo el Modelo Interactivo de Innovación (MII) como modelo de extensión.
  • Personal y Retiro Voluntario: Se aseguró que se apegarán a la ley o convenio colectivo de trabajo, destacando una «reforma humana». La planta solo se reducirá si es «necesario y esto mejora la calidad de la institución». Se modificarán los pases pensando en la funcionalidad del Instituto y se confirmó una nueva instancia de Retiro Voluntario. Se busca dar tranquilidad al personal al considerar a becarios, PNP y planta permanente como «Personal de INTA».
  • Tierras y Cartera Programática: Se evaluarán en profundidad las tierras, sin defender las improductivas, y asegurando que las productivas o bajo proyectos de investigación no serán un problema. Esta semana se lanzará una instancia de discusión de la cartera programática.
  • Transparencia y Firmas: Bronzovich cuestionó a algunas Cooperadoras por balances a destiempo, buscando mecanismos de transparencia. El proceso de firmas se decidirá esta semana.

¿Reforma o Desmantelamiento Silencioso?

La tensión entre la visión de un INTA desmantelado y las recientes «clarificaciones» persiste. Si bien el comunicado del 8 de julio busca mitigar temores sobre la desaparición total de la territorialidad y los Centros Regionales, la indefinición de funciones, la eliminación de la Dirección Nacional, la continuidad del cierre de agencias y la confirmación de un nuevo retiro voluntario, sugieren que la transformación es profunda.

La centralización del poder, la posible priorización de la rentabilidad inmediata y la redefinición de la presencia territorial del INTA, aunque se intente bajo un discurso de «humanidad» y «eficiencia», siguen siendo puntos de preocupación. El futuro del INTA dependerá de cómo se concreten estas definiciones y si el diálogo, ausente en la etapa inicial, logra establecer un camino que preserve la esencia federal, científica y social de una institución vital para el desarrollo agropecuario argentino.